miércoles, 13 de marzo de 2013

LA AMAZONA



CAPÍTULO 11


Recorrimos el pasillo en dirección contraria hasta llegar a la sala donde nos habíamos separado y entramos en el pasadizo de la derecha para reunirnos con Adru y Egj.

A medida que avanzábamos por el oscuro corredor, los muros iban estrechándose hasta que no tuvimos más remedio que ir uno detrás del otro, con Kiba vigilando la retaguardia.

Después de unos momentos de angustia en los que creí que iba a quedarme atascada entre las angostas paredes, el pasadizo desembocó en una sala circular en cuyo centro había una enorme esfera armilar y junto a ella estaban Adru y Egj acompañados de una hermosa dríada.  
- ¿Quién es? –pregunté desconfiada señalando a la joven.

- Se llama Sara y es una de las esclavas de Moonshadow –respondió Adru.

Me acerqué más a la dríada para asegurarme que no llevaba ningún arma escondida y ella se encogió y se agarró al brazo del mago.

- Tranquila –dijo Adru acariciando los brillantes cabellos verdes de la dríada- Miyu, la estás asustando.

- Uff –resoplé- ¿Y si es una de las trampas de Moonshadow? Entonces los que nos vamos a asustar seremos nosotros.

- Nos va a indicar el camino para llegar hasta el mago negro –dijo Egj revoloteando por encima de nuestras cabezas.

- ¿Y por qué quiere ayudarnos? –pregunté suspicaz.

- Porque le prometí que la liberaríamos de la esclavitud y podría volver a su amado bosque- dijo Adru que había pasado el brazo por encima de los hombros de la joven.

- ¡Oh, no! –suspiré exasperada- Por lo que veo hay otra alma caritativa en el grupo.

- Venga, Miyu –intervino Lars que hasta entonces había estado observando fascinado la esfera- La dríada puede sernos muy útil como guía.

- Está bien –accedí a regañadientes- Pero voy a vigilarla muy estrechamente.

- ¿Qué camino debemos tomar? –preguntó Lars a Sara mirando a su alrededor.

La cámara tenía dos salidas más aparte del estrecho pasadizo por el habíamos venido. Una de ellas conducía a unas escaleras de caracol apenas iluminadas y la otra llevaba a una especie de bodega llena de toneles y enormes tinajas de barro.

La muchacha pareció dudar y luego señaló vacilante la bodega.  

- Tú primero –le dije haciéndole un gesto para que entrara.

Sara miró a Adru un momento y luego le soltó el brazo y avanzó lentamente. Los demás la seguimos a unos pasos de distancia.

La bodega estaba construida con enormes bloques de piedra gris y el techo era tan bajo que mi cabeza casi rozaba contra él. Las paredes estaban recubiertas de estanterías llenas de redomas y frascos con extrañas criaturas flotando en formol.
Delante de las repisas, en ordenadas hileras , había toneles de madera y bronce y tinajas de barro cocido que contenían líquidos burbujeantes.

La dríada caminó con lentitud hasta que llegó al centro de la cámara y entonces se detuvo inclinando la cabeza como si esperase oír algo.

- ¡Atentos! –grité desenvainando la espada.

En ese momento se oyó un borboteo proveniente de las tinajas y comenzaron a salir unas horribles criaturas de ellas.

Sus formas eran apenas humanas; tenían cuatro tentáculos a modo de brazos y la piel, áspera y grisácea, estaba cubierta por pelos negros y duros como púas.

De una zancada me coloqué al lado del más cercano y le clavé la espada en medio del cuerpo pero no derramó sangre y ni siquiera pareció notar la herida. Solamente se encogió un poco, luego contrajo los músculos y un puñado de pelos tan afilados como dardos salieron volando en todas direcciones.

- ¡Cuidado! –grité al tiempo que me apartaba para no ser alcanzada por los proyectiles. La mayoría pasaron sin rozarme pero uno se quedó incrustado en la casaca de cuero que protegía mi pecho.

Miré hacia donde estaban los otros para comprobar que ninguno estaba herido y vi a Lars enfrentándose a uno de ellos con la espada.

- Córtale la cabeza- le dije al tiempo que cercenaba la de la criatura que estaba a mi lado. La cabeza cayó al suelo pero el cuerpo siguió moviéndose y lanzando sus peligrosas púas.

- Acercaos todos –dijo de pronto el mago con calma.

Cuando estuvimos junto a él, comenzó a recitar un conjuro. Enseguida unas llamas brotaron del suelo y a un gesto de Adru envolvieron a las criaturas de barro. En cuestión de segundos se disolvieron y sólo quedó una espesa masa de color gris allí donde antes había estado cada uno de los monstruos.

- Un hechizo estupendo, Adru –dije sonriendo al joven mago.

- Sólo el fuego puede acabar con los brocos –respondió.

- Adru es el mejor –sonrió Egj saliendo de uno de los bolsillos de la túnica del mago.

- Gracias pero aún tengo mucho que aprender –murmuró Adru ruborizándose.  
Luego, se fijó en la púa que tenía clavada en la coraza de cuero y la arrancó con cuidado.

- ¿Te ha herido? –me preguntó con inquietud.

- No, no ha llegado a rozarme siquiera.

- Menos mal –suspiró aliviado- Segregan un veneno muy poderoso.

La dríada que había permanecido acurrucada detrás de un barril se levantó entonces e intentó alejarse en silencio

- Detenla, Kiba –le dije al lobo plateado y él corrió hasta Sara y la sujetó de la raída túnica con los dientes.

- Tienes que explicarnos un par de cosas, dríada –le dije en tono duro acercándome a ella.

- Yo... –una lágrima se deslizó por la mejilla olivácea de la joven- No me hagas daño.

- ¿Has intentado que cayéramos en una trampa? –le preguntó Adru con tono dolido.

- Lo siento –sollozó la dríada- No quería hacerlo pero...

- Pero, ¿qué? –pregunté sujetándola del brazo con fuerza.

- Tengo que obedecerlo o matará a mis hermanas.

- ¿Tus hermanas? –inquirió Lars acercándose- ¿Cuántas sois?

- Somos cinco –contestó la muchacha limpiándose los ojos con la manga mugrienta- Hace casi seis meses, una banda de orcos atacó nuestro bosque y nos hizo prisioneras. A mis hermanas y a mí nos vendieron a Moonshadow, de las demás no sé nada.

- No tengas miedo, pequeña –la consoló Adru tomándola en sus brazos- No vamos a reprocharte nada.  
La muchacha se apretó contra él dejando salir junto a las lágrimas toda la desesperación acumulada durantes esos meses de esclavitud.

- Uff, no tenemos tiempo para eso –gruñí mirando a la pareja con impaciencia- Será mejor que nos indiques el camino correcto.

Sara se separó del mago y asintió.

- Sus aposentos están al final de la escalera –dijo señalando hacia el otro extremo de la bodega- Pero si se entera de que os lo he dicho nos matará a mis hermanas y a mí.

- No lo sabrá –le aseguró Lars con voz calmada- Sólo queremos saber el paradero de una persona, y a lo mejor tú puedes ayudarnos.

- ¿A quién buscáis?

- A mi hermano Rick.  
- No conozco a nadie con ese nombre –dijo después de pensarlo un momento- Pero apenas he visto a nadie en la torre aparte de Moonshadow y Shiva.

- ¿Quién es Shiva? –preguntó Lars.

- Es su amante.

- Sí, he oído hablar de ella –confirmó Adru- Y por lo que dicen es alguien realmente fascinante.

- Será mejor que nos demos prisa – les interrumpí echando a andar hacia la entrada de la bodega- No quiero más sorpresas.

Sólo había dado un par de pasos cuando el suelo de piedra se abrió a mis pies.

- ¡Miyu! –exclamó Lars sujetándome de la casaca pero mi peso fue excesivo para él y ambos nos precipitamos en el vacío.

Mientras caíamos puede ver una plataforma de piedra que sobresalía de una de las paredes del pozo y giré mi cuerpo en el aire para caer sobre ella. Al mismo tiempo sujeté a Lars de la muñeca y cuando caí sobre la sólida roca tiré de él hasta que estuvo a salvo junto a mí.

- Nos hemos salvado por los pelos –suspiré secándome el sudor de la frente- Pero no sé cómo vamos a salir de aquí.

- Quizá puedan ayudarnos desde arriba.

- Desde aquí no se ve la abertura por la que caímos así que no creo que ellos puedan vernos a nosotros –dije escrutando las tinieblas que nos envolvían- Esperemos que nos oigan por lo menos.

Nos pusimos a gritar para llamar la atención de nuestros amigos, pero nadie respondió y después de un rato, desistimos en nuestro empeño.

- No te preocupes, tarde o temprano se les ocurrirá alguna forma de ayudarnos – intenté animar a mi compañero.

- Sí, claro –contestó Lars poco convencido- Eso si no han creído que hemos muerto.

No supe qué contestar, así que guardé silencio hasta que un resplandor rojizo en el fondo de la sima me llamó la atención y me acerqué al borde de la plataforma para averiguar de qué se trataba.

- Creo que es algo parecido al magma –dije después de un momento- Y el nivel está ascendiendo rápidamente.

- Es verdad –asintió el joven- Estoy empezando a sentir el calor.

La masa ígnea subía con bastante rapidez y calculé que tardaría menos de quince minutos en alcanzarnos. El calor comenzaba a ser sofocante y el sudor me resbalaba por la espalda así que me quité la casaca y la camisa blanca que llevaba debajo. 
- ¿Crees que podríamos emplear el tiempo que nos queda en algo que merezca la pena? –le pregunté a Lars alzando una ceja. 

Él me miró sorprendido pero enseguida una lenta sonrisa apareció en sus labios antes de apretarlos contra los míos en un apasionado beso.

 En un par de segundos los dos estuvimos desnudos y nos abrazamos haciendo que el sudor que cubría nuestros cuerpos se mezclara. Lamí su cuello con deleite y paladeé el sabor salado de su piel mientras sus manos acariciaban con ternura mis pechos. Sabía que nos quedaba poco tiempo así que me propuse hacerle olvidar que dentro de unos minutos, el ardiente magma nos sepultaría. 
Tomé su polla, que estaba muy caliente y resbaladiza, y comencé a frotarla con firmeza al tiempo que apretaba y tironeaba con suavidad de los testículos. Cuando el pene comenzó a erguirse, me lo metí en la boca y me puse a chuparlo al tiempo que le daba golpecitos con la lengua en la punta. Enseguida se endureció y entonces lo saqué y me tumbé de espaldas sobre la roca caliente abriendo las piernas y doblando las rodillas para facilitar a Lars la más profunda penetración. 

El calor se había vuelto asfixiante y nuestros cuerpos bañados de sudor parecían arder cuando el joven se apoyó sobre mi y me penetró con suavidad. Comenzó a follarme con movimientos lentos y profundos mientras yo le acariciaba las nalgas arañándole levemente. 

 Luego, apoyé dos dedos en su ano y comencé a moverlos haciendo un suave masaje circular hasta que noté que incrementaba el ritmo de sus embestidas y entonces, los introduje en su interior presionando su punto de placer. Después de apretar un par de veces más, Lars eyaculó y yo me corrí casi al momento con uno de los orgamos más intensos que había sentido nunca. 

Por fin, mi amante se tumbó sobre mí exhausto y yo lo abracé con fuerza sabiendo que el calor abrasador del magma estaba a punto de alcanzarnos. 

- Lars... –susurré a su oído- Quiero decirte que yo... 

El extremo de una cuerda que cayó sobre mi cabeza me interrumpió. Miré hacia arriba y vi que había un rectángulo de luz en medio de la oscuridad desde el que habían arrojado la cuerda. 

- ¡Rápido, Lars! –exclamé- Vístete que, después de todo, no vamos a morir hoy. 

Lars miró la cuerda y luego, comenzó a vestirse a toda velocidad. En pocos segundos, ambos estábamos de nuevo en la bodega con las ropas a medio poner y un sospechoso rubor en el rostro de Lars.


16 comentarios:

  1. Otro capitulo caliente, en todos los sentidos, cualquier ocasión es buena para esta pareja.
    Muchas gracias, me encantan todos los matices de esta historia

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    1. Hola, María. Ya estamos llegando al desenlace, muchas gracias por tu comentario. Besoss.

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  2. Hola Minu gracias por otro capitulo,feliz miercolesssssss,besosssssssss...

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    1. Hola, MLuisa. Feliz miércoles para ti también. Besoss.

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  3. Me gusto mucho el capitulo, gracias por tu arduo trabajo!! XD lo que les pasa a nuestros amados personajes!!! Besos y abrazos!!

    ~Edmarie~

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    1. Hola, Edmarie. Me alegro de que te haya gustado y ya verás que a nuestros personaje les van a pasar cosas mucho peores. Besosss.

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  4. Un gran capítulo, tengo muchas ganas de verla completa. Muchas gracias.

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    1. HOla, Ilnag. Ya falta poquito, así que no vas a tener que esperar mucho. Besosss.

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  5. Minu magistral capi me encanto ijijjiji.
    esta que arde y muy interesante, más cuando puedas. Besos

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    1. Gracias, Mª Luisa. Me alegro de que te haya gustado y pronto habrá más. Besoss.

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  6. jajaja me gusta ese sexo , es muy selvaje eso *-* ojalá todos los heteros se pusiesen dedos en el culo XD

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    1. Buenooo, esto es algo insólito, Saito. Tú disfrutando de una escena de sexo hetero, si no lo leo, no lo creo, jajajaja. Besosss.

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  7. jajaja... me encanta como piensa esta chica... ante un peligro mortal, qué mejor manera de pasar el rato que teniendo sexo salvaje y sudoroso,definitivamente es una gran manera de abandonar este mundo, jejeje.
    Excelente capítulo.
    Besos

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    1. Jajajaja, bueno, por lo menos, así te olvidas del peligro, ¿no? Besosss.

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  8. me encanta este capi esta hot me encanta todo tan fuerte sobretodo el sexo

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    1. Hola, Mellani. Me alegro de que te guste fuerte porque la Amazona es una guerrera y le gustan las cosas así, fuertes y salvajes, jajaja. Besoss.

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