sábado, 23 de marzo de 2013

LA AMAZONA



CAPÍTULO 14


- Basta –una voz serena pero imponente resonó en la sala.

- ¡Muad Did! –exclamó Moonshadow.

Mis labios pronunciaron ese mismo nombre en silencio.

El majestuoso hechicero se hallaba en la entrada de la sala acompañado por Saito y Shao que miraban asombrados la escena que se desarrollaba delante de sus ojos.

- Moonshadow, has rebasado los límites de mi tolerancia –la voz de Muad era tan cortante como el filo de un cuchillo- Libéralos de tus hechizos.

El joven hechicero negro le miró con ojos desorbitados durante un instante pero enseguida recobró la compostura y avanzó hacia el otro mago con tranquilidad.

- ¿Por qué habría de obedecer a un mago que renunció a su poder? –sonrió desafiante.

Antes de que Muad Did pudiera responder se escuchó una suave risa.

- Tenías miedo de ti mismo ¿no es verdad, Muad? –ronroneó Shiva desde el otro lado de la habitación.

El mago se volvió hacia la mujer-gato para observarla con detenimiento.

- ¿Y tú, Shiva? Mírate. Has dejado que tu parte salvaje se apodere de ti –replicó Muad sin acritud.

- ¿Y quién ha tenido la culpa? ¡Tú! –siseó Shiva destilando veneno con cada una de sus palabras- No quisiste ayudarme aunque te lo supliqué. Sabias lo importante que era para mí pero te negaste una y otra vez.

- Me pedías que te mutilara, que arrancara de ti una parte esencial de tu ser –contestó- Eso no podía hacerlo, Shiva.

- Por supuesto. Tú eres el gran Muad, y tus principios son tan elevados que preferiste dejarme sufrir antes que traicionarlos –sonrió Shiva con amargura.

Mi antiguo amante se pasó la mano por los cabellos en un gesto poco habitual en él y miró en silencio a la joven.

Parecía como si alguno de los dos magos hubiera lanzado un hechizo para detener el tiempo pues todos asistíamos al intercambio mudos e inmóviles.

- No tuvo nada que ver con mis principios –suspiró Muad después de unos momentos.

- Entonces, ¿por qué no me ayudaste? –gritó Shiva que aún sujetaba entre sus brazos a un exhausto Lars- Permitiste que mis dos naturalezas siguieran luchando dentro de mí. Sabías que todo mi ser se sentía desgarrado pero no hiciste nada y al final, venció mi naturaleza depredadora.   
 
La voz de la mujer felino había ido convirtiéndose en un ronco gruñido y cuando acabó de hablar sus labios se estiraron en una sonrisa llena de rabia y desesperación.

- Ahora disfruto atormentando a mis víctimas... –susurró, luego bajó la mirada hacia el indefenso joven que tenía en su regazo y le desgarró el pecho con sus afiladas garras.

- ¡No! –grité sintiendo en mi propia carne cada una de las profundas heridas.

- ¡Lars! –rugió Saito al mismo tiempo transformándose en el magnífico lobo negro que era su alter ego y abalanzándose sobre la mujer-gato, mientras Shao se apresuraba a apartar el cuerpo ensangrentado de Lars de la pelea.

La lucha de los dos semihumanos era encarnizada. Saito era más fuerte que la mujer-gato, pero ésta poseía una agilidad portentosa y unas afiladas uñas.

- ¡Apártate de ella, licántropo! –aulló Moonshadow sin atreverse a lanzar un hechizo por miedo a herir a su amante.

Ninguno de los dos le prestó atención y siguieron mordiéndose y golpeándose con furia ajenos a todo lo demás. Los licántropos y los felinos eran enemigos naturales y el odio ancestral los empujaba a combatir hasta la muerte.

- ¡Quietos! –la voz poderosa de Muad se impuso sobre todo lo demás- Esto lo resolveremos Moonshadow y yo.

Con un gesto casi imperceptible del mago, las manos de piedra que me atenazaban desaparecieron y corrí hacia Lars. Me incliné sobre el cuerpo inerte de mi amante y lo estreché entre mis brazos mientras Saito y Shiva, obedeciendo la orden de Muad, se separaron aunque permanecieron al acecho observándose fijamente.

- ¿Y ahora vas a hacer lo que te he pedido? –dijo Muad mirando al mago negro con sus ojos penetrantes.

- Por supuesto que no –contestó Moonshadow sonriendo.

- Entonces tendré que obligarte.

- Creía que habías renunciado a tus poderes –replicó Moonshadow con ironía.

- ¿Crees que una promesa va a impedir que ayude a mis amigos? –repuso Muad con calma.

- Esto se pone interesante. Ahora comprobaremos si aún mereces el nombre de Archimago –dijo el joven riendo entre dientes.

Antes de que el eco de sus palabras se hubiera apagado conjuró un hechizo y sobre sus manos empezó a formarse la imagen de un grifo que brillaba con tonos rojizos. Poco a poco fue creciendo y luego, con un gesto de su diestra, lo lanzó contra Muad.  
 
Durante un instante pareció que el archimago no iba a moverse pero cuando el hechizo en forma de grifo de Moonshadow estaba a punto de alcanzarlo un hermoso fénix de color dorado lo detuvo.

El choque de los dos hechizos fue tan violento que las columnas que sostenían el techo se bambolearon y el estruendo que se produjo, nos ensordeció.

Las dos criaturas mágicas continuaron luchando con frenesí y a cada embestida, la torre entera se estremecía. Fragmentos de piedra de los muros volaban en todas direcciones y los muebles explotaban en astillas con cada confrontación.

Abracé a Lars intentando protegerlo de los objetos que caían a nuestro alrededor y Shao y Saito se desplazaron hacia donde estábamos para ayudarme a cubrirlo.

Nos encontrábamos en medio de una lucha de titanes y me sentí tan frágil, tan indefensa que las lágrimas brotaron incontenibles de mis ojos. Tenía a Lars entre mis brazos pero sus heridas eran profundas y la vida se le escapaba con la sangre que manaba de ellas sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo.

Un nuevo choque de poderes provocó la caída de varias columnas y noté cómo el suelo temblaba por debajo de mí. Estreché con más fuerza a Lars y acerqué mi boca a su oído.

- No dejaré que mueras –susurré aunque sabía que no podía oírme- porque yo... te amo.

En ese instante, el fénix de Muad arremetió contra el grifo y se produjo una explosión de tal magnitud que sacudió la torre hasta los cimientos. Una ráfaga de aire, impregnado de polvo y de brillantes partículas de color rojo y dorado, nos azotó y cuando el polvo volvió a posarse sólo uno de los magos permanecía en pie.

- ¡Moon! –gritó Shiva saliendo de detrás de una columna derribada y corriendo hacia el mago que estaba apoyado sobre una rodilla.

- ¡No lo mates! –rugió colocándose delante de la figura postrada.

- Eso no será necesario si presta el juramento de fidelidad –dijo Muad con su voz serena.

El símbolo mágico del suelo se había resquebrajado y su luz, ahora fantasmagórica, iluminaba la recia figura del archimago proyectando una sombra enorme a su espalda.

- ¿Vas a confiar en mi palabra? –preguntó Moonshadow con un tono en el que se mezclaba la incredulidad con la ironía.

- Puedes haber hecho muchas cosas equivocadas, joven mago –repuso Muad- pero nunca faltarás a tu palabra de hechicero porque la magia lo es todo para ti.

Se acercó a su derrotado contrincante y Shiva intentó interponerse pero el alto hechicero le apretó el brazo con un gesto lleno de afecto y la apartó.   
-Tu lealtad hacia él te honra –dijo con suavidad- pero no tienes nada que temer.

Moonshadow se puso en pie y miró a los ojos a su oponente durante unos momentos, luego asintió en silencio y extendió las manos. En el centro de ellas, apareció una bola de color rojo resplandeciente que poco después se transformó en el mismo grifo que había utilizado en el combate pero mucho más pequeño. Con un leve movimiento, hizo que volara hacia Muad, el cual abrió las manos para recibirlo y entonces, brilló con fuerza durante un instante y se desvaneció.

El poderoso archimago sonrió entonces y señaló las pétreas figuras de Rick y Adru. Moonshadow volvió a asentir y convocó a un ghoul para que devolviera la vida a los dos jóvenes.

Lentamente, la piedra revertió en carne y Rick y Adru abrieron los ojos y miraron confusos a su alrededor.

- ¡Lars! –exclamó Rick al ver a su hermano y corrió hacia él. Su experiencia como guerrero le permitió hacerse cargo de la situación casi inmediatamente después de haberse recobrado del hechizo del ghoul y se inclinó sobre el cuerpo inconsciente para comprobar la gravedad de sus heridas.

- Muad... –llamé al mago con urgencia- Lars necesita ayuda.

- Sí, tienes razón –dijo mi antiguo amante acercándose a donde estábamos pero antes se dirigió a Shiva y Moonshadow que permanecían abrazados- Volveremos a encontrarnos pronto.

Entonces, hizo un círculo en el aire y se abrió una especie de pasadizo envuelto en niebla.

- Entrad –dijo el mago.

Rick tomó el cuerpo inconsciente de Lars en sus brazos y avanzó decidido.

Enseguida se le unieron los demás, pero yo me detuve un momento para abrazar a Muad.

- No sé cómo agradecerte...

- Shh –los dedos de mi amigo se posaron sobre mis labios impidiéndome terminar- No es necesario que digas nada.

Asentí en silencio y apoyé la cabeza sobre su fuerte pecho sintiéndome a salvo por fin. Él me abrazó durante unos segundos y luego entramos en el portal dimensional.

El otro lado del pasadizo desembocaba en el laboratorio de Adru y allí se hallaban congregados casi todos mis compañeros de aventura. Las dríadas junto a Kyo, Kiba, Shao, Saito, Rick y Adru y volando por encima de las cabezas, un eufórico Egj. Sin embargo, Lars no estaba allí y me asaltó el temor.

- ¿Dónde está Lars? –pregunté llena de inquietud. 

- Tranquila –dijo Rick, acariciándome el brazo- Está a salvo en una de las habitaciones y Adru ya ha mandado a buscar a una sanadora.

- Tengo que ir con él –dije dirigiéndome hacia la puerta del laboratorio.

- Está en la misma habitación donde os alojasteis la última vez –sonó la voz aguda de Egj sobre mi cabeza.

Estaba a punto de abrir la puerta cuando ésta se abrió desde el otro lado y una tenebrosa figura envuelta en una capa con capucha negra apareció en el umbral.

Instintivamente mi mano se dirigió a la cadera en busca de mi espada pero allí no había nada, así que retrocedí un paso y adopté una postura defensiva.

- ¿Quién eres? –pregunté intentando distinguir su rostro en las tinieblas de la capucha.

- Me llamo Nikie –repuso una voz sorprendentemente dulce- Parece que alguien necesita de mis servicios.

Por detrás de ella, vi que Pichu me hacía gestos como si quisiera tranquiliarme.

- ¿Tú eres la sanadora? –pregunté asombrada- ¿Cómo es posible que una adepta de la diosa Ur se dedique a salvar vidas? Eso es imposible.

- Nada en Nikie es lo que parece –intervino Adru acercándose a nosotras- Enseguida lo comprobarás.

- Está bien –dije relajándome un poco- Reservaré mi opinión de momento, pero estaré junto a Lars mientras le curas.

- Como quieras –concedió la sanadora con el mismo tono dulce de antes.

Subimos hasta la habitación donde Lars permanecía sobre la cama inconsciente y Nikie apoyó sobre la pared el báculo uriano que portaba y se bajó la capucha. Me quedé sorprendida al ver su extraordinaria belleza. Sus cabellos oscuros enmarcaban una faz tan blanca como la nieve, que contrastaba con sus labios de un rojo muy oscuro y, sus ojos, cálidos y profundos, parecían capaces de descifrar los misterios más insondables.

- ¿Podrás curarle? –musité mientras me inclinaba sobre el joven astrólogo para apartarle los cabellos que le caían sobre la frente.

La sanadora asintió con una seguridad que hizo que la calidez regresara a mi cuerpo, hasta entonces, aterido. Me senté junto a la cama y tomando una de las manos de Lars entre las mías esperé a que Nikie empezara a actuar.

Una luz blanca resplandeció en la habitación envolviendo el cuerpo del joven y provocándole una pequeña convulsión que cesó casi al momento. Entonces, sus párpados temblaron y abrió los ojos. Me miró confuso y luego, sonrió diciendo algo ininteligible.

- ¿Qué has dicho? –pregunté inclinándome sobre él. 

- Estabas impaciente porque despertara, ¿eh? –repitió con voz débil.

Le miré sin comprender hasta que me di cuenta de que seguía completamente desnuda y solté una carcajada.

- Más de lo que crees, cielo –dije besándole tiernamente en los labios.

Nikie se adelantó entonces para observar atentamente las heridas que ya estaban casi cerradas y sonrió satisfecha.

- Creo que ya no me necesitáis, así que os dejo a solas –dijo con tono irónico mirándonos de soslayo.

- Gracias –dije con gratitud- Nunca lo olvidaré.

Nikie asintió y abandonó la habitación en silencio.

Una vez solos, apoyé una mano a cada lado del cuerpo de mi amante y me incliné para besarlo profundamente.

Cuando me aparté, Lars me miró con una extraña expresión en los ojos.

- Miyu... –comenzó vacilante.

- ¿Si?

- En la torre, después de que Shiva me hiriera y cuando todo volaba a nuestro alrededor... me susurraste algo al oído –continuó observándome con incertidumbre- ¿Podrías repetirlo ahora?

Sentí el rubor arder en mis mejillas y me las arreglé para ocultar el rostro tras mis largos cabellos.

- ¿No estabas inconsciente? –pregunté con un hilo de voz.

- La mayor parte del tiempo, sí –asintió Lars- pero recuerdo algunas cosas...

- Bueno... el dolor y la pérdida de sangre pueden confundir los sentidos –dije con el mismo tono bajo de antes.

- Entonces, ¿no es cierto lo que oí? –su rostro mostró tal desánimo que no pude seguir negando mis palabras.

Le acaricié la mejilla con ternura y posé los labios junto a su oído.

- Si aún no sabes que te amo eres más tonto de lo que suponía –musité.

Después me incorporé de nuevo para mirarle a la cara y solté una carcajada al ver su expresión embobada.

- Deja de sonreír así o van a pensar que algún cascote te dio en la cabeza. –dije burlona.

- Y tú deja de insultarme y vuelve a besarme –replicó Lars fingiendo indignación.

Sonreí y le besé con pasión, haciendo que mi lengua recorriera cada rincón de su boca para volver a sentir su sabor en ella. Mis manos le acariciaban el pecho con delicadeza cuidando de no tocar las heridas que lo cruzaban y pellizcando suavemente los pezones para estimularlos.   
- Miyu...

- ¿Te hago daño? –pregunté apartándome un poco.

- No –dijo besándome la nariz- Sólo quería decirte que... yo también te amo.

- Lo sé –sonreí y volví a lamer sus labios para luego recorrer la mandíbula y el cuello alternando besos, lamidas y mordiscos.

Suspiró de placer e intentó incorporarse pero no se lo permití.

- Déjame que me ocupe yo de todo y tú sólo concéntrate en disfrutar.

- Eso ha sonado demasiado tentador para negarme –rió bajito el joven y volvió a recostarse.

Seguí lamiendo su piel salada por el sudor al tiempo que comenzaba a tocarle suavemente el pene y los testículos. Cuando llegué a su entrepierna, la polla ya estaba muy dura y me puse a lamerla por la parte de abajo muy lentamente para después chupar los huevos con deleite. Su cuerpo temblaba de deseo y alzó involuntariamente la cadera en muda súplica.

Obediente, tomé la polla entre mis labios y empecé a chuparla haciendo que la lengua recorriera la punta palpando con insistencia todos los rincones. Después de un momento, hice que el pene entrara profundamente en mi garganta para luego hacerlo retroceder hasta casi salir de mi boca. Pero mis labios no le permitieron dejar del todo la húmeda cavidad y comenzaron a succionar con energía la hinchada polla, hasta que derramó su semilla en mi lengua. Saboreé el delicioso néctar y me lamí los labios para limpiar las gotas que habían quedado en ellos. Luego, volví a lamerle el pene en busca
de restos de semen y enseguida volvió a erguirse, así que lo froté unas cuantas veces al tiempo que apretaba ligeramente los huevos hasta que estuvo tan duro que pareció a punto de reventar.

Entonces subí a la cama y puse una rodilla a cada lado de la cintura de Lars y lentamente me penetré con su polla erecta. El suspiro de placer que lanzó cuando se sintió dentro de mi era de puro embeleso y sonreí con picardía antes de alzarme para volver a sentarme de golpe sobre la verga.

Un grito involuntario se escapó de su garganta y acompañó al profundo suspiro que brotó de la mía cuando comenzamos a movernos al unísono. Nuestros cuerpos respondían con el mismo placer arrebatador ante el mutuo estímulo, moviéndose a un ritmo casi frenético. Y pronto no fuimos conscientes más que de la polla penetrando hasta lo más profundo de mi ser y los jugos derramándose por nuestros muslos dejando rastros de brillante humedad en la piel.

Después de un tiempo que no sería capaz de medir, me sentí inundada por una serie de intensos orgasmos y en ese mismo instante, Lars eyaculó con un ímpetu que desmentía su debilidad. Agotada, me tumbé a su lado, abrazándolo con fuerza y poco después, caí en un profundo sueño acunada por el fuerte latido de su corazón.
 
 
FIN DE LA PRIMERA PARTE
 
PRÓXIMAMENTE EN PDF


22 comentarios:

  1. Hola Minu,
    Uffff!!! Qué alivio!!! Me hubiera apenado mucho que Miyu se viera obligada renunciar a Lars, forman una extraña perfecta pareja, jeje
    Me ha encantado tu historia, combina a la perfección, de manera dinámica y entretenida, fantasía, erotismo, romance, humor y acción.
    Me encantará tenerla en pdf y esteré muy pendiente de la próxima entrega.
    Besos

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    1. Hola, Ana. Me alegro mucho de que te haya gustado la Amazona y tendrás el pdf, en cuanto sea capaz de hacerlo mínimamente decente. Besosss.

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  2. Hola minu! Que bien termina!! Me ha gustado muchisimo toda esta historia! Me gustaria mucho ver que vas hacer después jijiji seguro que tienes ideas muy brillantes!

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    1. Hola, Saito. Bueno, sí que tengo unas cuantas ideas, porque hay muchos cabos que atar. Pero, ahora voy a ver si me pongo a actualizar las historias que he dejado tan abandonadas y empiezo otras que ya tengo en mente, jajaja. Besoss.

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  3. Minu es una historia estupenda, me dejas con ganas de más, voy a esperar impaciente que comience la segunda parte. Muchas gracias.

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    1. Hola, Ilnag. Me alegro de que te quedes con ganas de leer más sobre La Amazona, pero de momento, voy a ponerme con las otras que tengo tan abandonadas. Besoss.

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  4. Fina. Mil gracias Minu esta super bueno, que pasen un lindo sabado, besos, chao

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    1. Hola, Fina. Gracias, me alegro mucho de que te haya gustado. Besoss.

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  5. Gracias, Minu!!! Magnifico el final!!! Me gusto mucho que nuestra amazona no tuviera que renuciar a Lars. Gracias de nuevo por brindarnos estas exquisitas hiatorias!! Besos

    Edmarie

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    1. Hola, Edmarie. Me alegro de que te haya gustado el final. Me gustan los finales felices y esos dos merecían tener uno así, jajaja. Besosss.

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  6. Estupendo final para la 1ª parte de la historia,a ver que nos espera en la 2ª, estoy deseando que comience.
    Gracias Minu, besoss

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    1. Hola, María. Me alegro de que te haya gustado el final, pero la segunda parte tendrá que esperar porque ahora voy a ver si me pongo a continuar todas las demás historias que he dejado abandonadas. Besoss.

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  7. Muchas gracias por esta primera parte. Seguro que la segunda parte sera mas buena y con muchas aventuras.
    Me gusto muchisimo, besosssssssss.

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    1. Hola, MªLuisa. Yo también espero que la segunda parte sea aún mejor que la primera y aventuras seguro que tendrá de sobra. Besosss.

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  8. Fue un genial final para la primera parte, felicitaciones!!!!!!!!!!!!!!!
    Espero con ansias la siguiente parte!!!!!!!!

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    1. Hola, Lu. Muchas gracias por tus palabras, eso me dará ánimos para ponerme con la segunda parte en cuanto pueda. Besosss.

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  9. Hola Minu ,gracias por el capitulo,teliz domingo,besosssssssssssss...

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    1. Hola, MLuisa. Feliz domingo para ti también. Besoss.

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  10. hola gracias por la actu ya quiero ver la segunda parte no puedo creer que se acabara tan pronto pero ni modo a esperar :)

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    1. Hola, Mellani. Buenooo, no ha terminado tan pronto, han sido 14 capítulos, jajaja. En cuanto pueda me pondré con la segunda parte, pero antes voy a actualizar los otros relatos que tengo medio abandonados. Besosss.

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  11. Hola Minu he leido esta historia y me ha encantado, deseando que continue la segunda parte y la historia de LA ODISEA DE LOS LYCANTRIS me ha gustado mucho tambien, ojala que pronto subas más capitulos de esta historia, un enorme beso.

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    1. Hola, Lina. Muchas gracias por tus palabras, me animan a seguir con estas historias, lo antes posible. Besoss.

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