lunes, 28 de enero de 2013

LA ODISEA DE LOS LYCANTRIS



CAPÍTULO 3
 
 
Este capítulo lo ha escrito Saito y le ha quedado genial, muy divertido. Espero que os guste tanto como a mí.
 
 
 
Ciudad de Tenoya.
 
Presente...
 
Era casi la media noche. La calle en que se encontraban estaba demasiado tranquila. Una neblina extraña y brillante volaba por Tenoya, cubriéndola como un río de bruma.
Cuatro puntos brillaban en la oscuridad de la calle. Dos pequeños puntos amarillos y otros dos verdes acechaban.
Las criaturas de aspecto humano se mantenían quietas como el viento que no corría esa noche.
- Zhiron…- dijo una voz temblorosa.
- Shhh- los ojos verdes de Miyai dejaron de brillar, se había acomodado la cabeza a la espalda de su marido que seguía agachado tras el enorme contenedor de basura intentando orientarse. No resultaba fácil.. su olfato tan afinado le hacía inhalar el horrible olor de la basura sintiéndolo dos veces más fuerte que los humanos comunes. Distinguía perfectamente todos los sonidos aunque no podía identificar a qué cosas pertenecían los ruidos.
- ¡Miyai… vamos! – se levantó y le cogió de la mano.
- ¿Dónde?... ¿dónde pasaremos la noche?
- No sé… no tengo ni idea. Ya encontraremos algo…- salieron del callejón. Zhiron se ajustó la espada a la cintura. – Mira…- señaló hacia la enorme ventana de un restaurante de lujo donde era visible un acuario con peces de colores y langostas.
Aquel lugar era uno de los locales de encuentro de las personas de dinero, la corrupción era muy frecuente en la ciudad de Tenoya.
- ¿Y eso?- se interrogó Miyai mirando de reojo y con desconfianza los coches que circulaban.
- Mmmmm… no sé seguro… parecen animales… se les mata con fuego, ¿lo ves?- a unos metros de distancia ardía uno con las ruedas hacia arriba.- mira qué ojos tan grandes… tendremos que tener cuidado.. los que están parados parecen dormidos… no nos atacarán, los demás no dejes que te vean… - susurró. Tras un momento de espera corrieron hacia el otro lado de la calle.
- ¡Vamos… cacemos el pescado!
Zhiron se giró hacia la ventana y sonrió pícaro.
- ¿Cuál de ellos quieres?
- Pues, ¡el rojo!- A Miyai se le ruborizó la cara. ¡Su marido cazaría para él! Eso era una gran muestra de amor.
- Entonces, ¡ése mismo será tuyo!- la mano de él chocó contra el vidrio de la ventana impidiéndole alcanzar su objetivo.
- ¿Qué ocurre Zhiron?
- No sé… algo no me deja acercarme.
- …. – Miyai lo pensó unos momentos poniendo las manos sobre el vidrio- Es un conjuro…
- ¿Puedes hacer algo?
- No, no lo creo, ¡el mago que lo hizo debía de ser alguien muy fuerte!...
- Grrrr…- la mano de Zhiron pegó contra el cristal y lo rompió en mil pedazos. Su sangre salió manchándolo todo, trazando pequeñas líneas por su brazo.
- Amor... ¡rompiste el hechizo!- exclamo Miyai.
- Sí, es cierto…- sonrió algo abobado.
- Sería un conjuro que se rompía con sangre, ¡¡eres muy listo!! – lo besó tiernamente. Ambos ignoraron el ruido de la alarma que saltó y asustó a las personas tan lujosamente vestidas del interior que emitían exclamaciones y gritos de indignación al ver a Zhiron de pie sobre una mesa. Intentaba coger el maldito pez. En cuanto lo logró le mordió la cabeza y lo ofreció a Miyai que lo aceptó ruborizado.
- HEY…- los guardias de seguridad se tiraron sobre él que saltó hacia otra mesa, escapándose de ellos.

Caminaba por la ciudad herido, con sus ropas sucias pero, sin embargo, era su corazón el que se sentía devastado… no podía dejar de pensar en lo ocurrido: dos gritos, el cuerpo de Blackie cayéndole en los brazos justo antes de que él pudiera matar al demonio con un poderoso hechizo.
Tenía en sus brazos al hombre al que amaba, al que tan sólo una semana antes confesara su amor, a su alumno… El olor a sangre se hacía intenso manchándolo todo. Le consumía la impotencia de no poder hacer nada, había gastado toda su magia para matar al monstruo y ahora no podía salvarlo…
Recordó cómo había abrazado con fuerza el cuerpo del chico, como si intentase mezclar sus carnes para atrapar en su interior la vida que se escapaba por la herida abierta.
- Samuel…. – Susurró.
- Shh… amor mío… - el mago limpió la sangre que escurría de sus pálidos labios- no hables… te vas a poner bien… yo… ¡yo te amo!
- Yo también te amo… sé feliz.- con el último suspiro de sus pulmones, cerró los ojos y la lágrima que le caía se transformó en una turmalina roja. De pronto Samuel sintió salir el calor del cuerpo inerte y entre pequeños destellos dorados se desvaneció… no podía dejar de pensar en lo ocurrido. En su bolsillo llevaba la mano y en ella la última lágrima de Blackie.
Se detuvo, la máscara de dolor que cubría su corazón fue substituida por la máscara del odio.
- Te lo prometo, Blackie, te vengaré… ¡me haré el mago más fuerte de todos los tiempos y mataré a todos los demonios!

Un ruido llamó su atención, un cristal rompiéndose en el otro lado de la calle además de gritos de una violenta pelea. Se fijó mejor. Era un hombre de pelo oscuro subido en una mesa pegando a todos los que se le acercaban.
“¡Maniacos… esta puta ciudad esta plagada de locos!” También había un chico más joven, constató al verlo saltar hacia dentro del restaurante. Un salto como nunca imaginara en un humano corriente, era más ágil, más felino. Eso le mordió la curiosidad “Hummm.. Eso no puede ser normal… no corresponde a ningún humano normal… y tampoco a ninguna de las especies mágicas que conozco…pero ¿qué serán?” Siguió atento a los golpes que se daban en el interior del restaurante.


Zhiron estrechó la vista. ¡Qué cínicos eran! ¿¿No podían darles algo de comida?!?
Las uñas de su mano se hicieron más largas. A uno de los guardias de seguridad le arañó la piel, abriéndole uno de sus flancos. Cayó al suelo agonizando.
Miyai le seguía el ejemplo, mordiendo, arañando y pegando a todos los que se le acercaban, ignorando de momento el hecho de que Zhiron se había caído al suelo con un puñetazo que le cogió desprevenido.
Con la cabeza algo nublada se levantó de sopetón y se tiró sobre uno de los guardias, el que daba las órdenes a los demás. Supuso que aquel sería el jefe del clan. Si se lo cargaba los demás serían blancos fáciles. Sus garras se fijaron en su delgado cuello, prontas para estrujarlo cuando… algo le golpeó. No supo muy bien qué era. No era una lanza… era algo caliente metiéndose en el hombro, quemándole la carne a su paso, haciéndole pegar un rugido muy alto y soltar al supuesto jefe del clan.
- Zhiron!- gritó Miyai.
- GRRR..- se llevó la mano al hombro herido.- .. larguémonos…
Miyai saltó tras él hacia la calle. No había nada que hacer, de allí no llevarían nada más que la pelea, mejor sería dejarles en paz.

 El mago los vio salir corriendo y meterse en un callejón unas calles más adelante, escondiéndose como dos ratas. Dirigió sus pasos hacia el callejón elegido por aquellos exquisitos seres.
- Grrrrrrr…- Zhiron seguía rugiendo al sentarse en un lugar más oscuro.
- ¿Te hirieron?- preguntó Miyai quitándole la camisa para observar la herida.
- Si… no sé cómo… fue muy extraño.. AHHH. no me toques ahí! Grrrrr.- jadeó.
- Lo siento… no sé, nunca vi nada como esto…
- … Es magia, Miyai… ¡todos son magos muy fuertes!..- se recostó en la pared y limpió el sudor que escurría por la cara.
Una sombra se acercó a ellos.
- Eso no es magia… es un tiro de un arma…
Zhiron se levantó despacio escondiendo a Miyai tras él. Siguió mirando al desconocido a los ojos.
- Tranquilo… no te haré daño…- “ Me mira como si fuese un animal… ¿de dónde habrán salido estos dos?”
Despacio acercó su mano al sitio donde le penetró la bala. Murmuró algo en una lengua que los lycantris no comprendieron y la bala salió hasta la mano de Samuel.
- La herida tendrás que curarla solo… - le dijo enseñándole la pequeña bala. – … Y esto…  sí es magia…



10 comentarios:

  1. jajaja soy el primero en comentar me parece! Me encanta este relato! Sin duda es genial y se que aun se pondrá mucho mejor!

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    1. A mí también me gusta mucho, es un placer escribir con Iván y contigo.

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  2. Fina. Hola Saito, Minu, esta super bueno el capitulo, lastima que no pudieran salvar al marido de Samuel, espero que Samuel sea bueno con Zhiron y Miyai. MIl gracias por su trabajo, por compartir, chao

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  3. Hola a tod@s, buen inicio de semana :)

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  4. Me encanta, me encanta!!. Me he reído mucho con las impresiones que tienen los dos de la ciudad, y el pobre Samuel, que triste, pero con estos dos seguro no le queda tiempo para pensar en su pena. Hacéis un gran equipo escribiendo, espero que continueis así, pero Minu, no te olvides de la Amazona. Muchas gracias.

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    1. No te preocupes, Ilnag, que muy pronto estará disponible el siguiente capítulo de La Amazona.

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  5. Hola Minu, me gusto mas cuando puedas.
    Esta genial.
    Besosssssssssssssssssss

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  6. Qué buen capítulo! Por fin alguna alma se compadecerá de ellos y les explicará cómo es el mundo humano, así ya no serán tan ingenuos y podrán adaptarse mejor.
    Me está encantando esta historia!

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  7. me gusta cada vez mas... me dolio mucho lo que paso con Samuel y Blackie espero que con su lagrima de alguan forma puedan volver a estar juntos o que Samuel encuentre de nuevo el amor :(

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